Nuestro programa de talentos

Después de 23 años en PWO, usted ha ocupado varios cargos. ¿Cómo ha cambiado el programa de talentos su forma de ver la empresa?

Antes de participar en el programa de talentos, nunca había estado en el extranjero por negocios, a excepción de la República Checa. El año pasado estuve dos veces en México, pero también en Canadá y China. Naturalmente, esto cambia la perspectiva que uno tiene de la empresa; ahora tiendo a considerar PWO desde una perspectiva global en lugar de simplemente Oberkirch.

¿Qué le ha enseñado la interacción con colegas de otros países, como persona muy vinculada al yacimiento de Oberkirch?

Siempre pensé que sólo los habitantes de Oberkirch sentían ese apego, pero no es así. Me sorprendió mucho descubrir que mis colegas de la República Checa en particular también se sienten muy vinculados a PWO, a los valores y la historia de la empresa. Eso era algo que no esperaba

¿Qué cambio es directamente atribuible a la participación en el programa de talentos y cómo ayudan a su liderazgo las competencias que adquirió allí?

Desde mi punto de vista, el desarrollo de competencias interpersonales es el área en la que el programa aporta más valor. Interactuar con otros participantes increíblemente fuertes fue una ayuda tremenda para mí. Gracias a ellos aprendí lo importante que es mirarme en el espejo cada día. ¿Cómo reaccioné exactamente? ¿Debería haber reaccionado de otra manera? ¿Cómo puedo centrarme más en las soluciones? Este nuevo enfoque, mucho más reflexivo, me ayuda mucho en mi trabajo diario, especialmente con mi equipo.

También entrenas a niños y adolescentes. ¿Existen paralelismos entre este trabajo y su función directiva en PWO?

¡Claro que sí! En ambos puestos tengo que recordar que soy un modelo a seguir y que tanto los niños como los empleados me miran en busca de orientación. Es decir, que si hay un ambiente caótico, la mayor parte de la culpa es mía. Los niños reaccionan inmediatamente ante cualquier inseguridad por mi parte o si, por ejemplo, llevo el estrés de mi día al terreno de juego.

En el trabajo ocurre exactamente lo mismo. Si yo, como directivo, no soy decisivo, tarde o temprano esto repercutirá sin duda en todo el equipo. Por lo tanto, mi trabajo consiste en mantenerme firme en ambas funciones, reflexionar y actuar como modelo para poder destilar la fiabilidad que motiva a mis equipos y les da la seguridad y la estabilidad que necesitan para tener éxito a largo plazo.

¿Qué experiencia del programa internacional de talentos le ha impresionado o sorprendido más?

En primer lugar, los propios participantes me sorprendieron: un grupo de personalidades, en mi opinión, muy fuertes, muy motivadas y que trabajaron a un nivel muy alto. A pesar de esta concentración de conocimientos, no era en absoluto competitiva. La comunicación y el espíritu de equipo eran excelentes, incluso a nivel personal.

El viaje a las instalaciones de PWO en México también me impresionó mucho. Aunque Puebla en sí es una ciudad hermosa, la delincuencia, la contaminación y las condiciones caóticas son problemas en la región. No obstante, en el sitio de PWO el contraste no podría ser mayor. Allí prevalecen las normas PWO de orden, limpieza y procesos regulados.

¿Qué consejo daría a los futuros participantes para que saquen el máximo partido del programa? 

Deben dominar muy bien el inglés y estar preparados para ello. Si lo hubiera sabido de antemano, habría sacado mucho más provecho del primer bloque en Oberkirch. El nivel ya era muy alto, así que era difícil mantener el ritmo. En realidad, no es tan importante tener conocimientos de inglés técnico: basta con saber lo básico.